Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de desprendimiento de retina, entre ellos:
Miopía alta: Las personas con miopía severa tienen un riesgo mayor debido a que sus ojos son más alargados y la retina está más estirada.
Traumatismos oculares: Lesiones o golpes en el ojo pueden causar el desprendimiento de retina.
Cirugía ocular previa: Algunas cirugías oculares, como la cirugía de cataratas, pueden aumentar el riesgo.
Edad avanzada: El riesgo de desprendimiento de retina aumenta con la edad.
Antecedentes familiares: Si hay casos de desprendimiento de retina en la familia, el riesgo puede ser mayor.
Otras enfermedades oculares: Ciertas condiciones oculares, como el glaucoma o la degeneración macular, pueden aumentar el riesgo de desprendimiento de retina.
Los síntomas del desprendimiento de retina pueden incluir:
- Aparición repentina de puntos oscuros flotantes en el campo visual.
- Destellos de luz en el ojo.
- Sensación de una cortina o sombra que cubre una parte del campo visual.
- Pérdida de la visión periférica.
El desprendimiento de retina es una emergencia médica y debe tratarse lo antes posible para evitar una pérdida permanente de la visión. El tratamiento más común es la cirugía para volver a colocar la retina en su posición adecuada y evitar que se siga desprendiendo.
Si experimentas alguno de los síntomas mencionados o tienes alguna preocupación relacionada con tu visión, es importante que acudas a un oftalmólogo o un médico especializado en oftalmología para una evaluación y un diagnóstico preciso. Cuanto antes se diagnostique y trate el desprendimiento de retina, mayores serán las posibilidades de preservar la visión.