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¿Qué es el Glaucoma?

El daño al nervio óptico en el glaucoma generalmente es causado por una combinación de factores, incluyendo la presión intraocular elevada y una susceptibilidad individual del nervio óptico. La presión intraocular elevada puede dañar las fibras del nervio óptico con el tiempo, lo que puede resultar en puntos ciegos en el campo visual y, si no se trata, puede llevar a una pérdida total e irreversible de la visión.
Existen varios tipos de glaucoma, siendo los dos más comunes:


1.Glaucoma de ángulo abierto: Es la forma más común de glaucoma. En esta condición, el drenaje del humor acuoso (el líquido que nutre el ojo) a través del ángulo de drenaje del ojo es menos eficiente, lo que aumenta gradualmente la presión intraocular.


2.Glaucoma de ángulo cerrado: En este tipo de glaucoma, el ángulo de drenaje del ojo está bloqueado, lo que causa un aumento repentino y severo de la presión intraocular. Es una emergencia médica y requiere atención inmediata para evitar una pérdida permanente de visión.


El glaucoma generalmente es asintomático en sus etapas iniciales, lo que significa que el paciente puede no notar ningún síntoma hasta que se haya producido una pérdida significativa de la visión. Por lo tanto, es importante someterse a exámenes oculares regulares, especialmente si tienes factores de riesgo para el glaucoma, como antecedentes familiares de la enfermedad, edad avanzada, presión ocular elevada, miopía alta, diabetes o hipertensión arterial.
El tratamiento del glaucoma tiene como objetivo reducir la presión intraocular para prevenir el daño continuo del nervio óptico. Esto puede lograrse mediante el uso gotas, terapia con láser o cirugía, dependiendo del tipo y la gravedad del glaucoma.
Si tienes preocupaciones sobre tu salud ocular o factores de riesgo para el glaucoma, te recomiendo que consultes a un oftalmólogo para una evaluación y un diagnóstico adecuados. Un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno pueden ayudar a controlar la progresión del glaucoma y preservar la visión.